martes, 27 de enero de 2009

Insensible

Una de dos, o perdí el reflejo voluntario de pensar, o me termine de volver loco. Siento que por más que me esfuerce no se me ocurre nada, estoy fluyendo por/con la ciudad como si fuera un cacho de basura que flota en el río.

Me encuentro incapacitado para pensar algo coherente – lo que estoy escribiendo, ósea esto, no cuenta porque es una mera descripción -. Es como el síndrome de la hoja en blanco, pero con el mundo. Estoy viendo todo como si fueran cajas apiladas con movimiento independiente. No me importa lo que las cajas hacen, piensan o sienten. Después de todo, son solo cajas, ¿Podes imaginar lo deprimente que es? Sentir que el último rastro de cordura que te queda, se desvanece poco a poco; y que todo lo que se te cruza o alguna vez te afecto, va perdiendo importancia, es como ir transformándose en un vegetal poco a poco, es como ir en una metamorfosis para volverse una mimosa (planta que cierra sus hojas con el tacto, y nada mas). Lo más preocupante es que mi familia están empezando a notarlo, como me es inevitable andar alicaído, todo el tiempo preguntan si me pasa algo o que me tiene tan preocupado. ¿Y como decirles? Sabes que mama, me siento vacío por dentro, nada me llena, ha y no es solo eso, realmente me chupa un huevo lo que le pase al mundo, podría explotar mañana y no me daría cuenta, me despertaría y seguiría con mi vida como si no hubiera pasado nada.

Solo siento que fluyo. A lo mejor estoy finalizando un camino a la espiritualidad y en un tiempo vea todo con suma claridad. Quizás, este en una senda solo circulable por quienes se despegan de lo material. Capas que la solución, sea irme a vivir a una colonia menonita, o al medio de la nada, o simplemente agarrar una mochila con una mudita de ropa, un cuaderno en blanco, una birome y mi guitarra, para salir a recorrer el mundo y ver a donde me llevan los pies si no se a donde quiero ir.

Podría darse el hecho de que solo necesito un buen psiquiatra que me llene de pastillas de colores, cuan dealer en fiesta electrónica o boliche de Baires. Capas que solo me hace falta el calor de una buena mujer – y no las boludas a las que estoy acostumbrado -, esa que todavía no conocí, que me quiera por lo que soy y me sepa tolerar. O ser el fuerte indicio de que necesito un cambio urgente en algo.

Lo que si puedo afirmar es que no me volví un emo, y que no tengo intenciones de pegarme un tiro o morir en forma voluntaria.

En palabras de los Beatles: HELP!

miércoles, 21 de enero de 2009

Creo que ya me entendi

Revelador, llegue a la conclusión de que probablemente muera solo. Aunque parezca una decisión apresurada, si consideramos que tengo unos escasos 20 años. Lo que digo tiene sus fundamentos, para empezar no tengo mucho apego por las personas, lo que no quita que tenga amigos.
Simplemente no me jode descomunicarme, no me molesta perder un teléfono, un contacto en el msn, o la dirección de la casa. Es mas, me considero bastante afectuoso, no tengo inconvenientes en brindar una mano, aunque llevemos horas de conocernos. O invitar unos tragos en el bar, y nunca apelo al famoso “si te he visto, no me acuerdo” (suelo recordar la cara de todas las personas que voy conociendo), hasta podría decirse que me gusta conversar con gente que no veo desde hace tiempo. Y más de una vez me pasó que al dejar de estar en una actividad donde conocí gente e hice de amigos; con el tiempo perdí contacto con ellos.
Sepan entender que no lo hago a propósito, simplemente me sale de adentro; como perder el contacto no me molesta, tampoco pongo empeño en mantenerlo. Esténse seguros de que cuando me necesiten para lo que sea, voy a estar; pero no los voy a buscar al pedo, porque no puedo. Una parte de mi genera rechazo a las relaciones extensas en el tiempo.
Si me los encuentro, los voy a saludar y los voy a joder, pero luego de eso no esperen mucho más de mí. No me sale.
En cierto punto es beneficioso, no sufro con un distanciamiento, y enseguida hago sociales en cualquier parte; eso me permite viajar solo. Pero me dificulta entender a las personas que son como mi hermano (casi todas) que viven en manada, siempre rodeadas de dos o tres personas, y con tantas conversaciones espontáneas en el chat que al que lo ve de afuera lo marea.
En fin. Si todo eso se pone en la balanza, voy a seguir, relativamente, solo por mucho más.

Los que quieran dejar un mensaje optimista hagan fila a la derecha, los que no a la izquierda.

lunes, 12 de enero de 2009

El invento

Igor, el destornillador, y rápido. No idiota, eso es una llave inglesa, quiero el largo del fondo; ¡Y RAPIDO!
Al fin, los últimos ajustes, y estará listo. Este aparato va a cambiar la forma de ver al mundo. Ya no vamos a estar atados a las leyes más básicas de la vida, como la física. Podremos ser como deseamos ser, los estigmas con los que nacemos serán revocados según nuestro capricho. Menos tu, Igor, os juro que vuestra fealdad no tiene arreglo ni comparación.
En fin los últimos retoques y seré el hombre mas poderoso, de este mundo. La gente clamara por mi ayuda, lo tendré TODO, mujeres, dinero, en fin LA VIDA lujosa que merezco. Incluso podré comprar ese hermoso castillo que vi en la gacetilla de mi primo, en Transilvania.
Igor, traed la bandeja de aquella mesa, con extremo cuidado, tiene los electrodos ordenados por tiempo de respuesta.
¡IDIOTA! Acaso no os he dicho que tuvieras sumo cuidado. Ahora tendré que reordenarlos y me llevara, al menos, media tarde –esto me pasa por permitirle jugar con las etiquetas, sin ellas es virtualmente imposible identificarlos- esto lo vas a pagar muy duro, Igor.
Finalmente, ¡ESTA TERMINADOOOOOOOOOooooooooooo!
Igor traed la champaña. ¡¿Cómo que no hay champaña?! , bueno, en ese caso traed la sidra que guardaba para darle a los carboneros en navidad. ¿Tampoco? ¿Jugo de naranja? ¿Limonada? ¿Pomelo? ¿Agua? ¿Entonces qué hay?
¡NO! No voy a beber eso. No después de lo que paso la última vez. ¡Que no Igor! No pienso beber de tu ponche especial. Ahora, ve a la despensa y trae algo de vino y queso.
Bueno, Igor, después de esta panzada, es hora de probarlo. Conectadlo al suministrador de corriente que le puse a la pared, mientras voy al baño, siento que el queso ha comenzado a fermentar en mi interior, ¿Puedo confiarte la importante tarea?
Ahora si, luego de haberme purgado, creo que estoy listo para acender al estatus de semidios. Después de todo, mi idea me lo permitirá.
¡IDIOTA! ¡ME HAS HECHO PERDER EL TRABAJO DE UNA VIDA!, has quemado todas las válvulas internas. ¿Eres estupido? ¿O sufres alguna discapacidad mental? Mil veces te dije que usaras el transformador, que el aparato usa 110 volteos y que el generador del sótano, al que esta conectado la pared, suministra 220. Has arruinado todo por lo que trabaje durante años.
¿Cómo que la culpa es mía por mezquino al usar piezas asiáticas? Ya te reeducare y te enseñare quien es el que manda aquí. Pero ahora ayudadme y trae arena que la mesa de trabajo se incendia.

lunes, 5 de enero de 2009

¿De donde salen las canciones?

Esa es la pregunta, ¿Cómo mierda hacen?, es como si al escuchar, Esa canción, supiéramos o intuyéramos todo lo que va a venir después. La siguiente nota, la siguiente palabra, el carácter de lo próximo. Es como si esa canción siempre hubiera estado en la cabeza de la gente, y solo la tomaran para interpretarla.
Cuando nos encontramos con todas esas sensaciones al escucharlas, se da algo raro, sabemos que esa canción va a ser un éxito. Pero… ¿Como hacen?, he cantado cosas que sentí en ese instante de inspiración, acompañadas de algunos acordes. Y de momento se sentían como un éxito -por así decirle-, pero al trasladarlo al papel, nunca quedaba igual. Faltaban palabras, o algo. Y esa es la única manera que tengo de tocar y cantar, en parte, porque me es imposible recordar una canción entera.

Y si quiero componer en relación a algo concreto, tampoco me salen.
Me encuentro con que para cada sentimiento en cada estilo musical ya hay una canción.
Es como si cada vez que pensas cantar algo, eso mismo suena a la lejanía en la voz de otro.

Por ejemplo hay miles de canciones de amor, de odio, de indignación, de todo…
Y si quiero escribir a una mujer, hay muchísimas buenas canciones, entonces podría compararla con la luna, pero por ejemplo ya lo hicieron las Pastillas y el Zamba. O sobre lo que espero de una relación, pero ya lo canto Gabo Ferro.
Podría cantar sobre algún cuento, de los que abundo, pero nunca se como llevarlos a la trova sin que pierdan lo que quise decir, si después de todo, para eso lo lleve a un cuento.

Podría escribir una canción de protesta y que el pueblo se sienta identificado, pero así y todo, esas canciones abundan. Y no se si encuentre las letras justas.

¿Se entiende lo que quiero decir?

También podría describirla con la mas bella poesía, pero físicamente o sentimentalmente, hay muchas que se darían por aludidas, y ella jamás se enteraría que le estoy cantando.

Tranquilamente podría ser uno de los tantos intérpretes que dan vueltas por ahí, pero no me siento cómodo cantando cosas de otro, y si no es mío, no me interesa cantarlo en público.

¿Cómo encuentro a las musas de las que canta Serrat? ¿Resulta que siempre están ahí y soy yo el que no las ve?

Es como lo que pasa con las buenas historias, al leerlas o escucharlas, se sienten como si las viviéramos en carne propia, pero tampoco es cierto.

Entonces el éxito de una canción depende de quien la canta, de sus formas y su voz, del asunto de que casi todos los cantantes de casi todos los rubros en vivo suenan mucho mejor

Será por eso que me gusta escribir cosas que no son canciones, donde todos los significados, están en como se acomodan las palabras; donde una coma en el lugar equivocado, cambia los sentidos -y porque hasta cierto punto obligo al lector a entonar como yo quiero-.
Porque, para mi, es como cantar; aunque parezca una boludes. Quizás si en vez de anotar mis canciones las grabo, todo sea distinto.
¿Y si con todo esto hago una canción?
¿Es así como llegan las musas?
¿Y las fugazetas? (Un chiste muy malo, lo se)

Ya veré que sale

A los que crean tener una respuesta, los invito a dejarla.